Segunda parte: EL REINO DE POLIDECTES
En el reino de Polidectes, un rey tirano, vivía su bondadoso hermano, Dictis, quien prefería la sencillez de una humilde cabaña y se ganaba la vida como pescador.
Un día, al regresar de su jornada de pesca, Dictis encontró un cofre de madera abandonado en la playa y decidió abrirlo. La sorpresa fue inmensa al descubrir en su interior a una mujer de una belleza incomparable junto a un bebé. ¡Era Dánae y Perseo! Dictis acogió a Dánae y al pequeño Perseo en su cabaña, cuidándolos como a su propia familia.
A medida que pasaban los meses y los años, Perseo crecía en fuerza y valentía, convirtiéndose en un joven robusto.
En una ocasión, Polidectes, el rey tirano, visitó a Dictis y quedó prendado de la belleza de Dánae. Ordenó que Dánae viviera en el palacio, y aunque ella deseaba permanecer con Dictis, no tenía más opción que obedecer al rey. Sin embargo, Dánae le hizo una condición a Polidectes: solo iría al palacio si Perseo también era admitido.
En medio de la lujosa celebración, Polidectes reveló su malévolo plan para deshacerse de Perseo. Le exigió como regalo la cabeza de Medusa, una de las tres hermanas Gorgonas, seres monstruosos cuyos cabellos eran serpientes venenosas y cuyas miradas convertían en piedra a todo ser viviente. Medusa, la única mortal de las Gorgonas, era un desafío temible.
Aunque Dánae no deseaba que Perseo se enfrentara a Medusa, él no tenía otra opción más que obedecer a Polidectes y embarcarse en una peligrosa misión que podría poner en riesgo su vida.
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